Un alto oficial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán ha afirmado que tiene la capacidad de hundir cualquier buque de guerra estadounidense que se acerque demasiado a sus costas. El comentario del general establece un tono hostil en el inicio de la administración del presidente estadounidense Joe Biden.
"Si la presencia estadounidense en las aguas internacionales cercanas a Irán se considera una amenaza para el país, gracias a nuestro poder de disuasión y a nuestros misiles tierra-superficie, superficie-aire, superficie-costa, costa-mar y mar-mar, tenemos la capacidad de destruir los barcos estadounidenses", declaró ayer el general Rahim Noei-Aghdam a la agencia de noticias Mehr, respaldada por el Estado.
"En contraste con las fuerzas estadounidenses en Asia Occidental, que son incapaces de actuar, la inteligencia, la movilidad, la lucha, el poder, la fuerza, la cohesión, la unidad y la moral de las fuerzas del Frente de Resistencia, especialmente las fuerzas armadas de la República Islámica de Irán, son bien conocidas".
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Aunque este tipo de amenazas y retórica son expresadas con regularidad por los líderes políticos y militares iraníes, la advertencia de Noei-Aghdam se produce menos de una semana después de la toma de posesión de Biden, en un momento en el que muchos siguen especulando sobre cuáles serán las políticas de su administración hacia Irán.
A lo largo de su campaña electoral, Biden expresó sus planes de volver al Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) firmado en 2015 por Irán y Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, China y Rusia. Ese acuerdo, en el que Irán aceptó limitar sus capacidades nucleares, fue abandonado por EE.UU. en 2018 cuando el presidente Donald Trump se retiró de él unilateralmente.
Según informes recientes, Biden se reunirá con el jefe de la agencia de inteligencia israelí Mossad el mes que viene con el fin de elaborar las condiciones para el regreso de Estados Unidos al JCPOA. Aunque el propio Irán ha expresado su voluntad de revivir el acuerdo, a pesar de seguir avanzando en sus capacidades nucleares, ha afirmado que no habrá cambios en los términos anteriores, y que Estados Unidos no dispone de un tiempo infinito para decidir lo que va a hacer.