El presidente de Túnez no tiene derecho a aprobar o rechazar el nombramiento de los ministros del gobierno, ya que su papel es "simbólico", dijo el sábado el presidente del Parlamento, Rached Ghannouchi.
El presidente Kais Saied ha declarado que no permitirá que los nuevos ministros juren su cargo después de que el Parlamento les concediera un voto de confianza el 26 de enero, debido a sus reservas sobre algunos de los miembros del gobierno aprobados y nombrados por el primer ministro Hichem Mechichi.
El actual impasse político amenaza con provocar una crisis constitucional sin precedentes en el país.
"El presidente se niega a permitir que el nuevo equipo de ministros jure su cargo y, por tanto, rechaza la remodelación ministerial", dijo Ghannouchi en una entrevista virtual en Zoom.
"El presidente se cree con derecho a aceptar el nombramiento de algunos ministros y rechazar otros. Este es el problema de la mezcla entre el sistema presidencial y el parlamentario".
En su Constitución de 2014, Túnez adoptó un sistema parlamentario revisado que otorga al primer ministro, nombrado por el partido gobernante, amplios poderes ejecutivos.
El Presidente de la República es elegido directamente por el pueblo, pero sus poderes se limitan principalmente a asuntos de defensa, seguridad nacional y política exterior.
Ghannouchi, líder del Movimiento Ennahda, que ganó las elecciones de 2019, declaró: "Tenemos un sistema parlamentario y el papel del presidente es simbólico, y no constructivo. La cuestión de la gobernanza y el gabinete pertenecen al partido gobernante y son principalmente responsabilidad del primer ministro."
El primer ministro Mechichi, que dirige un gobierno tecnocrático desde septiembre, fue nombrado por el presidente según la Constitución debido a que los partidos no lograron ponerse de acuerdo sobre un candidato para encabezar el gobierno dentro de los plazos constitucionales.
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