Marruecos ha detenido a un activista uigur a raíz de una orden de detención emitida por China en la que se le acusa de terrorismo.
Crece la preocupación de que Yidiresi Aishan sea ahora extraditado a China, que ha utilizado el pretexto del terrorismo, o la lucha contra el terrorismo, para reprimir a los uigures en el Turquestán Oriental.
Desde 2017, alrededor de un millón de uigures han sido detenidos arbitrariamente sin juicio, sometidos a adoctrinamiento político y a una asimilación cultural forzada, como han documentado Amnistía y otras organizaciones de derechos humanos.
La tortura y el internamiento masivo de uigures equivalen a crímenes contra la humanidad, ha dicho también el organismo de vigilancia de los derechos humanos.
Aishan, de 34 años, es un ingeniero informático que también trabajaba para un periódico digital dirigido por y para la diáspora uigur.
También trabajó como activista recogiendo testimonios sobre las violaciones de derechos humanos cometidas por China contra los uigures, informa AP, y traduciendo entre los uigures en el exilio y las autoridades locales.
Aishan llegó procedente de Estambul al aeropuerto internacional Mohammed V de Casablanca el 19 de julio, cuando fue detenido y encarcelado en el centro de detención de Tiflet.
Israel no engaña a nadie defendiendo a los musulmanes uigur; su interés es evidente
En 2012, el relator especial de la ONU, Juan E. Méndez, visitó la prisión de Tiflet y afirmó que en su interior se producían con frecuencia torturas físicas y psicológicas.
Aishan llamó a su mujer desde la prisión diciéndole que creía que iba a ser deportado de forma inminente y desde entonces no se sabe nada de él.
Salió de Turquía tras ser detenido varias veces a pesar de tener papeles de residencia humanitaria. Vive allí desde 2012 con su mujer y sus tres hijos, que tienen residencia permanente.
En Turquía, los visados humanitarios se expiden principalmente a personas que han abandonado su país de origen por motivos políticos y sólo se renuevan cada uno o dos años, por lo que los solicitantes no saben si cuando llega el momento de volver a solicitarlos se les deniega o se les deja pendientes.
Aishan ya había sido impedido de salir de Turquía, pero esta vez fue interrogado durante media hora en el aeropuerto y se le dijo que si salía no se le permitiría regresar.
La policía marroquí no dio su nombre, pero fue identificado por la ONG Safeguard Defenders. Amnistía Internacional se ha hecho cargo de su caso y ha expresado su preocupación por el riesgo de tortura que corre Aishan si se le devuelve a China.
No se le ha asignado ningún abogado, dijo Safeguard Defenders en un comunicado.
Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Arabia Saudí han sido nombrados entre los países que están deportando a musulmanes uigures a China.