Sudán retiró el domingo a su embajador en la vecina Etiopía, frustrado por la postura de los funcionarios etíopes que, según él, rechazan la oferta de Sudán de mediar en el actual conflicto de Tigray, informa Reuters.
"Etiopía mejoraría su posición si considerara lo que Sudán podría hacer. ...en lugar de rechazar completamente todos sus esfuerzos", decía un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.
El primer ministro sudanés, Abdalla Hamdok, habló el miércoles con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, sobre el conflicto en la región norteña etíope de Tigray, que ha provocado la llegada de 53.400 refugiados desde finales de 2020.
La oferta de Hamdok se produjo en el marco de su presidencia de la IGAD, una agrupación que incluye a Kenia, Etiopía, Uganda, Yibuti, Sudán, Uganda y Somalia, según el comunicado.
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Los portavoces del Ministerio de Asuntos Exteriores de Etiopía y del primer ministro no respondieron inmediatamente a las peticiones de comentarios sobre la retirada del embajador de Sudán.
El jueves, la portavoz del primer ministro, Billene Seyoum, descartó la posibilidad de que Sudán medie en el conflicto de la región norteña de Tigray.
Describió la relación con Jartum como "un poco delicada" y dijo que la confianza debería ser la base de cualquier mediación, pero que se había "erosionado", especialmente tras la "incursión del ejército sudanés en territorio etíope".
Las relaciones se han agriado por las disputas sobre Al-Fashqa, una zona de tierras fértiles colonizadas por agricultores etíopes que, según Sudán, se encuentra en su lado de una frontera demarcada a principios del siglo XX, lo que Etiopía rechaza.
Las tensiones fronterizas se producen en un momento en que Etiopía, Sudán y Egipto intentan también resolver una disputa a tres bandas sobre la presa etíope del Gran Renacimiento.