Tres personas, entre ellas un niño, murieron y otras diez resultaron heridas en un campo de refugiados del norte de Siria, cuando se produjeron enfrentamientos armados entre las YPG/PKK y presuntos terroristas del Daesh, informa la agencia de noticias Anadolu.
Según fuentes locales, las YPG -la rama siria del grupo terrorista PKK- enviaron a varios miembros a última hora de la noche e intentaron entrar en el campamento de Al-Hol, en la provincia de Hasakah, lo que provocó un conflicto armado con presuntos afiliados al Daesh.
Muchas tiendas del campamento sufrieron graves daños.
Aunque los enfrentamientos han cesado, la situación sigue siendo tensa.
Las YPG/PKK mantienen como rehenes en el campamento a miembros del Daesh, a sus familiares y a civiles que huyen de la violencia.
Los civiles retenidos en el campamento, establecido en 2017, luchan por sobrevivir en condiciones inhumanas.
Lavabos antihigiénicos, cabinas de ducha, alimentos caducados, tiendas de campaña rotas y falta de acceso a medicamentos y atención sanitaria son algunos de los principales problemas que acechan a los residentes.
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La ONU y varias organizaciones no gubernamentales han advertido con frecuencia que la situación humanitaria en el campamento está empeorando, y han pedido acceso a los centros donde se encuentran los militantes del Daesh.
Según la ONU, el campo tiene una capacidad de 10.000 personas; sin embargo, hay hasta ocho veces más personas retenidas allí, siendo la mayoría mujeres y niños.
Además, se dice que hay miles de terroristas extranjeros, sirios e iraquíes en el campo.
La guerra civil siria comenzó en marzo de 2011, cuando el régimen de Bashar Al-Assad reprimió a los manifestantes prodemocráticos. Según las estimaciones de la ONU, desde entonces han muerto cientos de miles de personas y otros millones se han visto desplazados.