La resistencia armada, a pesar de su legitimidad en la legislación internacional, ha sido alineada –hipócritamente- con el vocabulario del “terrorismo” por el que se inclina Israel, convirtiendo de esta manera a la AP en cómplice de esta alteración de la narrativa histórica palestina
Si hay algo que se pueda añadir, valdría la pena explorar las posibilidades lingüísticas y políticas que permitan una expresión universal y consistente, para ayudar al pueblo palestino en su recuperación del territorio a través del lenguaje y la memoria