Esta designación en teoría “impone sanciones y multas a las personas extranjeras que se hayan comprometido con estos grupos, o representen un serio peligro de hacerlo, así como cometan actos de terrorismo que pongan en peligro la seguridad de los ciudadanos de EEUU, la seguridad nacional, la política exterior o la economía del país”

Al-Asiri afirmó: “Si las conversaciones de paz de Kuwait fracasan, atacaremos la capital de Saná y resolveremos así la guerra de Yemen”.

Podemos observar claramente cómo la Casa Blanca ha cambiado su retórica con respecto a Siria. De “Assad tiene que marcharse” en 2011 a “Assad no puede desaparecer de repente” y, más tarde, “No nos importa si Assad se queda un rato más”.

En los últimos meses Al Qaeda ha estado explotando el conflicto existente entre el gobierno central contra el grupo chií de los hutíes para hacer crecer su influencia en el sur del país