Podemos observar claramente cómo la Casa Blanca ha cambiado su retórica con respecto a Siria. De “Assad tiene que marcharse” en 2011 a “Assad no puede desaparecer de repente” y, más tarde, “No nos importa si Assad se queda un rato más”.
En medio de todo esto, los Estados del Golfo y sus aliados en la región, así como Israel, han procedido a forjar una alianza árabe no declarada contra Irán basada en la cooperación regional para beneficio mutuo.
Algunos observadores han declarado que Rouhani reconoce el poder y la dominación de los lobbies israelies en Europa y los EEUU y teme que estas frases puedan mostrar una contradicción en su discurso político que se dirige a la paz y la estabilidad de la región