Lo que necesitamos no es una reforma o una renovación de nuestra mentalidad. Lo que necesitamos es una migración –una hijra- del modelo antiguo a uno nuevo.
El hecho de que una imagen haya sido capaz de provocar semejante indignación nacional, ante lo que debería ser más que sabido por todos, dice mucho de un pueblo que finalmente reconoce la vulnerabilidad de un país enmascarada por el rostro de un líder en franco deterioro.
Existe todavía un cisma entre los gobiernos, cuyo comportamiento se basa en las necesidades políticas, y la gente, que está determinada a rechazar la normalización de Israel hasta que Palestina sea libre.